una teoría reducida de la comunicación
Creo que ya es hora de que hable de mi "teoría de las palabras"- lo que aquí si cabría denominarse "la vida secreta de las palabras" porque aquí, señorita Coixet, a.k.a "Fucking Masterpiece", aquí sí que encaja ese titulo y no en ese pseudo celuloide que tan gratuitamente se ha permitido realizar. He recibido muchas cartas en las que se me preguntaba por la motivación de todos y cada uno de los pequeños relatos que aquí os he legado, queridos discípulos. Y en verdad os digo que en la era en que hoy vivimos, hablar de motivación es algo que me motiva en exceso, valga la redundancia. Pues bien, ya cité una vez y me escudé en las ideas de mi querido compañero de arte literario-contemporáneo, Don Julio Cortázar, de quien podréis encontrar un pequeño extracto de su maravillosa novela (¿o quizás debería decir maravilloso juego literario?) en este blog, con titulo "Rayuela" (cf. Textos selectos). Una vez hecha la aclaración de que ese majestuoso compendio de palabras no es de mi autoría (todavía no he alcanzado la fluidez del lenguaje bonaerense y el aire pintoresco de la vida parisina) debo admitir que simpatizo total y absolutamente con el apelativo de "perras negras" y a partir de ahora, lo hago mío. Sí, las palabras son perras negras porque se trata de una simple agrupación de letras, que forman fonemas, que a su vez forman morfemas que se alían en unidades más grandes que son las palabras, que se insertan en frases, para luego volverse a aliar en párrafos, para formar textos que luego entraran en libros, que darán lugar a enciclopedias y formarán la parte escrita de la vida. Esta manera de ver las palabras es quizás la que tenéis todos vosotros, que le dais una importancia extraordinaria a los textos, y por qué? porque de esa mera agrupación de caracteres sacamos y presuponemos contextos, reacciones, sensaciones, estados de ánimos, planes y demás consecuencias. Y lo hacemos todos, la verdad, hasta yo... Aquí las palabras se convierten en perras negras, porque nos traicionan y al ejecutarlas, al pronunciarlas o escribirlas, se burlan de nosotros..juegan...o somos nosotros quienes las utilizamos para jugar? O soy yo quien juega con vosotros?
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