empatia negativa
Aunque es uno de los primeros sustantivos que se aprenden en psicología emocional y se mete dentro de la cesta de cosas positivas, a mí, en ocasiones, la empatía me parece una mierda. Pero creo que es por mi forma de ser, tan sensible y tan sumamente influible (o influenciable si te molan los calcos lingüísticos absurdos). Sólo me pasa con la gente que me importa bastante, la gente que quiero tener cerca, pero a veces me crea problemas. Yo no valgo para dar ánimos, ni para hacer ver las cosas de forma más positiva, no sirvo para ayudar ni para dar aliento, simplemente me camuflo en sentimientos malos, me visto de tristeza y me creo todo lo que se dice de lo mierda que es la vida... El resultado es que nos sumimos en una tristeza y agonía eterna y la diferencia entre ella y yo es que ella se pone su armadura y se hace impasible al paso de las cosas mientras que yo me quedo dando vueltas rápidas sobre mis pies, mareándome e intentándome agarrar de algo que no existe. Vuelvo a tener la sensación de las vueltas infinitas: el mundo lleva años girando sobre un eje, dando vueltas completas pero, de repente, desde hace ya un par de años, se paró y dejo de dar esas vueltas. Dieron un comunicado y todos los ciudadanos se enteraron, todos menos yo (todos menos tú, en la multitud) que andaba con una misión traductora, encargo de Jose Jones. Ahora parece que os habéis adaptado a ese no girar de la vida, mientras que yo continuo pendiendo de un hilo sumamente fino. Yo creo que está a punto de romperse, aunque me da miedo ser consciente de que el golpe que me voy a pegar va a ser de los buenos, esta vez creo que no me levanto, no tengo ya fuerzas.
1 Comments:
ay, ay, ay, que profunda eres querida josita...
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