Cronicas de aislacionismo

Mi cabeza está yendo a 30000 revoluciones por minuto últimamente. Intento sacar una conclusión para la pregunta que me ronda desde hace unos dias: la diferencia entre abulia y alextimia. Seguro que la respuesta es sencilla y no debería ni siquiera preocuparme por la definición que da de ambas mi querida DSM IV, o debería decir querido? Es femenino o masculino?. Da igual. El caso es que se mezclan demasiados pensamientos en mi azotea, tengo sueños de torturas y mutilaciones y cuando me preguntan quién sería un héroe intelectual para mi, no se me ocurre otra cosa que pensar en Miguel Ángel Martín... por qué? No podría hablar de Proust y sus tediosos libros o quizás mejor de Oliver Sacks y su mujer con sombrero?, aunque esto parece más el nombre de un cuadro que nunca existió ni existirá. O quizás sí, en una futura exposición de ilustraciones motivadas por relatos hiperbreves en la red. Así lo titulan.
Hemos vuelto a presentarnos a un concurso, pero de momento el fallo no llegará tan rápido como ha llegado este año la primavera. Y, una vez más, a mi nadie me ha avisado. Sigo colgando de esa cuerda enganchada al eje de la tierra, pero sólo por una extremo: el otro no me ayuda en absoluto (es curioso, quito la música y no puedo escribir. Quizás Baricco y las vacas de Wisconsin tengan razón)
Demasiado contenido algomerado, conglomerado. Brea.